Cartel del acto (autor: Iker Andrés) |
El sábado, 19 de marzo, a las 18’30, y en medio de una incesante lluvia, la plaza de Isaba acogió un acto
público con el que la asociación cultural Kurruskla quiso conmemorar el 500
aniversario de la captura del mariscal Pedro de Navarra en el término de Isaba;
sucedía esto un 20 de marzo de 1516. Sirvió este acto como homenaje a este
personaje, líder de los agramonteses y jefe supremo del ejército real durante
la guerra de la conquista de Navarra, que fue capturado por las tropas que
servían a la corona de Castilla, siendo defendido hasta el último momento por
los roncaleses.
El homenaje, tal y como se indicó, se hizo extensivo a todos y cada uno de los roncaleses que dieron
su vida o su libertad en defensa de la causa de la independencia de Navarra y
que fueron leales a la causa del viejo reino. Lo demostraron en 1512 siendo los
únicos que salieron a cortar el paso al potente ejército del Duque de Alba, lo
demostraron en 1516 sumándose a las tropas del mariscal, y lo demostraron en
1522 en la defensa del castillo de Maya (Amaiur).
El acto, amenizado con el txistu y el ttun-ttun a cargo de Kepa Vales y de Julio Beretens, fue conducido por Fernando Hualde. Sus palabras, precedidas por la interpretación del Himno de las Cortes de Navarra, fueron alternadas con el baile del ttun-ttun de Isaba y posteriormente con el baile de la bandera. Se finalizó con una ofrenda floral en la que el alcalde de Isaba, Jesús Mari Barace, puso ante el escudo de los Albret un ramo de cinco rosas blancas, una por cada siglo transcurrido; seguidamente un grupo de siete roncalesas colocó cada una de ellas una rosa roja en representación de los siete pueblos del valle; y finalmente, en representación de la merindad de Sangüesa colocó una rosa amarilla Ángel Navallas, alcalde de la ciudad de Sangüesa.
REPORTAJE FOTOGRÁFICO
(Fotos: Marta Hualde y Celia Navarro)
REPORTAJE FOTOGRÁFICO
(Fotos: Marta Hualde y Celia Navarro)
DISCURSO - GUIÓN DEL ACTO
PIEZA DE TXISTU – Himno de las Cortes de Navarra
Arratsalde
on, danori:
Duela bost mende gertatu zen. Hemen, Izaban. Nafarroako Erresumaren historia aldatuko zuen gertaera izan zen. Hainbaten traizioa, gutxi batzuen leialtasuna baino indartsuagoa izan zen.
Pedro, Nafarroako Mariskala, gure armadaren buruzagia, Izaban atxilotu zuten. Elurrak ihesaldia oztopatu zion.
Mariskalarekin, Nafarroaren askatasunari leial, kalesak; bai, erronkariarrak; eta erronkariarrak bakarrik! Ibar honetakoak. Herri honetakoak. Gure arbasoak.
Jazartzaileak askoz gehiago ziren. Haien artean gaztelarrak, nafar beamondarrak eta, baita ere, ehundaka, hitzik gabeko agramondarrak. Beldurrak eta etsipenak Gaztelako koroa konkistatzailearen alde egitera bultzatu zituen.
Buenas
tardes a todas y a todos:
Hace
cinco siglos sucedía en el término de Isaba un hecho que cambió el curso de la
historia del reino de Navarra; un hecho en el que la traición de muchos pudo
más que la lealtad de pocos.
El
mariscal Pedro de Navarra, jefe supremo del ejército real, obstaculizado en su
retirada por la nieve, fue capturado en este término de Isaba.
Con
él, leales a él y a la causa de Navarra, estaban y luchaban los roncaleses;
¡sólo los roncaleses!, antepasados nuestros de este pueblo y de este valle.
En
el bando de los perseguidores, mucho más numeroso, había castellanos, había
navarros beaumonteses, y hubo también, por cientos, agramonteses perjuros a los
que el miedo les hizo claudicar y colocarse a las órdenes y al servicio de la
corona invasora de Castilla.
Los
documentos nos permiten recomponer aquella historia. La muerte en enero de 1516
de Fernando el Católico animó a los navarros a intentar reconquistar el reino y
expulsar a las tropas castellanas. Para ello Juan de Albret y el mariscal Pedro
de Navarra organizaron dos columnas militares que había de atravesar los Pirineos
simultáneamente ese mes de marzo; Juan de Albret lo haría por la Baja Navarra,
y el mariscal lo haría desde el Bearn por el valle de Roncal.
En
el caso del mariscal Pedro de Navarra partió desde Sauveterre de Bearn con 1200
soldados, pero llegó al Roncal el 18 de marzo con menos de la mitad a causa de
la claudicación y de la traición. El Cardenal Cisneros envió al coronel
Villalba con varios miles de soldados castellanos y navarros beaumonteses a
cortarle el paso.
Algunos
valles vecinos habían ofrecido cada uno 300 combatientes al mariscal para
unirse a la causa de la defensa de la independencia de Navarra, mientras que el
valle de Roncal había ofrecido 200 combatientes. Sin embargo, llegada la hora
de la verdad, los roncaleses se unieron a las tropas del mariscal, mientras que
los otros valles pirenaicos se sumaron a las tropas del coronel Villalba. Ante
esta situación el mariscal Pedro de Navarra, apoyado por los roncaleses, se vio
obligado a retirarse; sin embargo la abundante nieve que se acumulaba en
nuestros montes le impidió avanzar, siendo capturado por las tropas leales a la
corona de Castilla un 20 de marzo de 1516 en las inmediaciones de esta villa de
Isaba.
BAILE DEL TTUN-TTUN SI HAY PAREJAS SUFICIENTES
Cinco
siglos después de aquello, mañana se cumplen exactamente los quinientos años,
nosotras y nosotros, descendientes de aquellos roncaleses que se mantuvieron
leales al reino, a sus instituciones y a su independencia; descendientes del
aquél puñado de hombres que defendieron al mariscal cuando los demás se pasaban
a las filas invasoras; descendientes de los doscientos roncaleses que en 1512
plantaron cara en Osquía al más potente y poderoso ejército, el del Duque de
Alba, que penetró e invadió el reino desde el corredor de la Barranca; descendientes
de aquellos roncaleses que desmantelaron en la zona media de Navarra las
caravanas de suministro de alimentos y armas que desde Castilla iban hacia la
cuenca de Pamplona para abastecer a los invasores que sitiaban la capital del
reino; descendientes también de aquel otro puñado de roncaleses que en 1522
resistieron heroicamente en Amaiur… nos negábamos a dejar pasar esta fecha
sumidos en el silencio, o mirando para otro lado. No es ese nuestro estilo, ni
como se ve, lo fue el de nuestros antepasados.
Para
todos y cada uno de ellos, para Petri Sanz que lideró las tropas roncalesas,
para el mariscal Pedro de Navarra…
Para
todos aquellos hijos e hijas de esta tierra, de este valle, que teniendo la
salvación al otro lado de estos montes, quisieron implicarse en la defensa del
reino acudiendo a luchar allá donde lo precisaba la causa. La lealtad a Navarra
y a su independencia, si de alguna manera se puede simbolizar es con la bandera
que representa a todos aquellos que entonces fueron fieles y leales… ¡la
bandera roncalesa!.
Y
precisamente, con esta enseña, bailada ante el escudo de los Albret,
homenajeamos ahora al mariscal de Navarra y a cuantos de la lealtad, de la
fidelidad y del valor hicieron su bandera, la misma que ahora va a ondear como
tantas veces se ha hecho en esta tierra para rubricar nuestras libertades.
BAILE DE
LA BANDERA / PIEZA DE TXISTU
Seguidamente,
rematando este homenaje y este recuerdo, este mismo escudo de los Albret va a
ser el receptor de la ofrenda floral que dedicamos a nuestros antepasados.
Lo
hacemos aquí, en Isaba, en este valle, que no solo fue fiel a las libertades
navarras, sino que fue ese lugar en el que nace el reino y en el que nacen los
fueros, los mismos que hoy algunos se empeñan en cuestionar.
Vamos
a poner doce flores. Jesús Mari Barace, alcalde de Isaba, en representación de
todas las vecinas y vecinos de esta villa, va a ser quien, acto seguido,
coloque en primer lugar cinco flores, una por cada siglo transcurrido desde
aquella gesta.
¡Adelante!
EL ALCALDE
DE ISABA COLOCA LAS FLORES EN UN JARRÓN SITUADO AL PIE DEL ESCUDO
PIEZA DE TXISTU – Marcha heráldica
Se
van a colocoar ahora siete flores rojas, colocadas de una en una. Van a
representar a las siete villas roncalesas, siete villas que configuran un valle
sin el que es imposible entender la historia del reino de Navarra, la historia
de su defensa, de sus fueros, usos, costumbres y libertades.
Nuestras
casas, nuestros apellidos, nuestros montes… son el cordón umbilical que nos une
con aquellos antepasados que defendieron el reino y el estado navarro, y de
quienes nos sentimos muy orgullosos.
¡Adelante!
SIETE
PERSONAS, VESTIDAS DE RONCALESAS, COLOCAN CADA UNA DE ELLAS UNA FLOR EN EL
MISMO JARRÓN
PIEZA DE TXISTU – Marcha ceremonial
Cuando
hablamos de la gesta de Amaiur en 1512, con frecuencia nos olvidamos de que un
porcentaje muy importante de todos aquellos que allí resistieron durante días
el asedio eran roncaleses. Y lo que si desconocemos es que la casi totalidad de
los 200 hombres que allí lucharon contra las tropas invasoras eran de la
merindad de Sangüesa.
Así
pues, en recuerdo de todos ellos, va a ser Ángel Navallas, alcalde de Sangüesa
quien coloque la última flor, una rosa amarilla.
EL ALCALDE
DE SANGÜESA COLOCA LA FLOR AMARILLA EN EL JARRÓN
PIEZA DE TXISTU – Marcha heráldica
Finaliza
aquí este acto, muy sencillo pero muy sentido. Quienes habéis asistido a este
homenaje no olvidéis nunca este sentimiento de gratitud y reconocimiento hacia
aquellas personas que hace cinco siglos lo dieron todo a favor de la libertad y
la independencia de Navarra.
Desde
la asociación Kurruskla queremos agradecer vuestra asistencia.
En
una tarde como la que hoy hace de lluvia y de frío lo que pedía el cuerpo era
quedarse en casa, en el sofá. Hemos sufrido las inclemencias del tiempo, igual
que hace quinientos años le pasó al mariscal. Solo os digo una cosa: hoy,
ahora, hemos estado donde teníamos que estar. Aquellos antepasados nuestros
hicieron algo grande, nos dieron una lección de por vida, y hoy, nosotros, descendientes
de ellos… no podíamos faltar en este recuerdo.
Hace
500 años, de no haber sido por los roncaleses, el mariscal de Navarra y el rey
Juan de Albret, se hubiesen quedado solos. Hoy, cinco siglos después, volvemos
a ser los roncaleses los que no les hemos fallado. Somos pocos, pero peleones.
Somos pocos, pero la causa y la bandera de Navarra aquí siguen en pie, donde
siempre.
Como
decían nuestros abuelos: Guarpenari ezau
akabatan tenpra, a la memoria no se le acaba el tiempo.
Eskerrik
anitx. Muchas gracias.
PIEZA DE TXISTU – Circe
Guión: Fernando Hualde